Una pregunta que parece sencilla, pero me resulta muy difícil responder. Soy una persona rebelde, marcada por una juventud complicada, mejor dicho sin esa etapa de la vida que tanto nos marca, la pronta muerte de mis padres, dos de mis hermanos y una persona muy importante cambio mi vida y mi carácter por completo.
Es una etapa de la que no me gusta hablar, intento de suicidio incluido (esto da para otra entrada de blog que sin duda cuando saque fuerzas publicaré). Mi cerebro ha escondido esta etapa en alguna parte muy remota de la cual no quiere o no quiero que salga.
Tengo un carácter introvertido, no tímido, prefiero relaciones más profundas y encuentros entre menos personas para poder disfrutar de una buena conversación.
Me enervan las injusticias sociales, todo tipo de discriminaciones sean del tipo que sean, soy de los que defienden que mi libertad acaba donde empieza la del otro, y me revelo a las imposiciones “porque si”.
Soy de las personas que no le importan mucho lo que piensen de mí, suelo ser de los que dicen lo que piensan, con los problemas que eso acarrea, metiéndome en algún “charco” que si estuviera callado…
No soy perfecto, pero tampoco pretendo serlo, creo que me puedo definir como una persona coherente con mis pensamientos y amigo de mis amigos, que son pocos pero selectos.
Mis padres como “herencia” me dejaron una salud un tanto defectuosa que me acarrea demasiado a menudo no poder vivir el día a día con normalidad, eso me ha convertido en una persona resiliente y luchadora, que es difícil que tire la toalla aunque a veces me parezca que al final del túnel no se vea la luz. Tengo personas a mi lado que hacen que esta vida tenga mucho sentido y mucha luz. Y sigo algo aprendí desde niño que me enseño mi abuelo, es que aunque las hojas caigan el árbol sigue en pie.
En lo personal llevo 13 años casado con una persona maravillosa, como en todas las relaciones tenemos nuestro buenos y malos momentos, pero nos tenemos el uno al otro cuando nos necesitamos, siendo sincero yo tal vez sea un poco más egoísta y a veces no estoy tan pendiente de sus sentimientos como debiera, es una asignatura pendiente que trato de solucionar día a día.
Tengo la gran suerte de trabajar en lo que me gusta, a veces más horas de lo debido. Después de una larga etapa de mi vida trabajando en el sector de la higiene industrial (trabajo que sigo realizando en la actualidad) me especialice hace ya más de 10 años en el Marketing Olfativo un mundo que me apasiona y en el que no paro de seguir investigando y aprendiendo día a día.
La pandemia como a todos nos cambió la vida, en mi caso tengo que decir que para bien, he sabido valorar mejor el tiempo disfrutando un poco más de la vida y he aprovechado para formarme más en el mundo digital y de la comunicación emocional, gran culpa de este afán por aprender lo tiene Èlia Guardiola, una grandísima profesional que ha despertado en mi la pasión por la narrativa, que tenía abandonada desde hace mucho tiempo, y el enfoque humano de mi trabajo diario.
De siempre me ha gustado coleccionar frases con mensajes positivos, tengo una pequeña libreta desde los 18 años donde he apuntado cada frase que me ha gustado o que ha representado algo en mi vida.
Por todo esto nace este blog que lo he llamado “Perseguidor de Ilusiones” sin pretensiones, con la idea de plasmar historias, vivencias, opiniones o simplemente mensajes que puedan ayudar o hacer sonreír a alguien en esos días de mierda que todos tenemos.
De hecho ¿qué nos quedaría en esta vida si perdiéramos la ilusión?